Una vaca a la que científicos le insertaron un gen humano produce grandes cantidades de hormona humana del crecimiento.
Científicos argentinos lograron crear una vaca transgénica que tiene el gen humano de la hormona del crecimiento presente en todas sus células. Se llama Pampa Mansa y ya no se la puede considerar una vaca propiamente tal. Según el Dr. Marcelo Criscuolo hay que verla como un biorreactor, un cuero con cuatro patas caminando. Ya no se la puede pensar como un animal.
Desde hace una década, por nuevas indicaciones terapéuticas y el aumento de la población, la demanda de la hormona del crecimiento es cada vez mayor. Son dosis altas, un niño con problemas para crecer necesita más de un milígramo por día y ese tratamiento puede ser crónico, por cinco a diez años. Esto implica una necesidad de producción muy grande.
Pampa Mansa tiene la particularidad de expresar esta hormona en la leche de manera perfecta, indistinguible de la humana. Y en cantidades más que suficientes, más de 7 gramos por litro de leche. Sólo hace falta ordeñarla y separar la sustancia de la leche.
Fue tanto el éxito, que sacaron células de la oreja de esa vaca e hicieron clones hasta obtener una pequeña manada. Pero no es todo. Después consiguieron crear machos transgénicos, los cuales tienen también en todas sus células este gen humano y por lo tanto en los espermatozoides. Los toros ahora se aparean con vacas normales y el 50 % de la descendencia es transgénica. Con el don de producir la tan necesaria hormona del crecimiento.
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